Historia


Patrimonio arquitectónico. Iglesia parroquial.

La iglesia parroquial de San Juan Bautista ocupa un lugar preeminente dentro de la villa. Se asienta sobre un gran promontorio rocoso con vistas exentas, dominando Barrusios y la parte baja de la población. Se accede a ella a través de un primer tramo de escalinata moderna de ladrillo y de una segunda ya de piedra dentro del atrio cerrado con barbacana.

El templo, de buen fábrica de mampostería y sillería, destaca en su aspecto externo por su piedra bermeja, extraída del roquedal anexo que le sirve de telón de fondo. El interior es de tres naves y de gran amplitud. Fue reedificado en el siglo XVIII y ampliado a principios del siglo XIX, sobre la primitiva iglesia. Sanz y Díaz señala que la bóveda central descansa sobre una doble arquería, que resulta un tanto achatada, «como si se hubiese interrumpido, por causas que desconocemos, el desarrollo lógico de un plano arquitectónico completo».

Su interior es pobre de obras de arte, por el saqueo a que fue sometida en 1711 por la tropas anglo-holandesas favorables al archiduque de Austria en la Guerra de Sucesión. Conserva, por ello, únicamente el retablo barroco del altar mayor, pinturas, tallas y altares sencillos de época más moderna. El órgano fue traído del antiguo convento franciscano de Molina de Aragón, tras la exclaustración.

La torre-campanario, construida a los pies el coro, con buenos sillares y cuatro cuerpos, así como un esbelto campanario, fue levantada en el siglo XIX, pues Madoz cita en 1845 su torre espadaña donde estaba el reloj público.