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Navalentisco, un sueño checano en Andalucía

NAVALENTISCO, 27-abr-2013

Foto de familia: Navalentisco, 27-abr-2013

La invitación

El pasado sábado 27 de abril de 2013 un nutrido grupo de checanos visitábamos Navalentisco,aceptando la invitación que Román nos hiciese originalmente el día del Corpus del año pasado en los aledaños de la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, tras la novillada en la que acababa de actuar Juan Ortega. En aquel momento Román hizo extensiva la invitación a todos los checanos con independencia de que fuesen o no aficionados a los toros. Desde el principio quiso recalcar su deseo expreso de que todo el pueblo de Checa estaba invitado.

Pasaron los meses y en enero se concretó una primera fecha. El viaje despertó interés entre los checanos con más de un centenar de personas apuntadas. En principio estaba previsto que la visita se realizase el 9 de marzo pero se tuvo que suspender por la previsión de lluvias, posponiéndose al último fin de semana de abril. Finalmente se concretó en el 27 de abril aunque algunas coincidencias con otros actos hicieron que varios incondicionales no pudieran asistir.

La visita

La mayor parte de nosotros nos hospedamos en el hotel NH La Perdiz en La Carolina. Andrés y Javier nos esperaban en recepción el viernes por la tarde conforme fuimos llegando. Al caer la tarde un tropel de checanos se dejaba sentir en los bares de vinos y tapas de La Carolina.

A la mañana siguiente salimos hacia la finca. A Navalentisco se accede directamente desde Andújar, unos 32 Km nos comentaron, pero entre que la carretera está en mal estado y que ese fin de semana se celebraba la romería a Santa María de la Cabeza, el camino recomendado era ir desde La Carolina por El Centenillo, unos 52 Km que se hacen en una hora y cuarto. Distancia y tiempo nos dan idea de la orografía del terreno y de las carreteras. Eso sí, un paisaje espectacular con la primavera en su mejor momento. 

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De buena mañana, unas migas.

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Román atento a
todo y a todos

Llegamos a Navalentisco a las diez de la mañana y ya nos estaban esperando para almorzar con unas migas. Entre la casa de los vaqueros y la nave de cocheras, almacén y caballerizas había instaladas dos carpas, un camión de catering y su cocina correspondiente. El servicio necesario para unas 150 personas.

Como nos comentó Román, «me han ofrecido hacer esto pero nunca he aceptado, es la primera vez que lo hago y lo hago por vosotros». En efecto, hay ganaderías que ofrecen sus instalaciones en esta modalidad de turismo: visita a la finca, tentadero, almuerzo, comida… Consiguen, además del aporte económico, transmitir la visión del mundo del toro desde dentro. 

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La visita a la finca en todoterrenos

Después de las reconfortantes migas recorrimos durante dos horas la finca repartidos en varios todoterrenos y en un camión (al más puro estilo San Lorenzo) pasando de una o otra cerca, entre los toros y vacas de la ganadería.

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El cóctel antes de la capea.

Al terminar la visita nos estaba esperando un cóctel junto a la plaza de toros. Cerveza, buen vino, jamón de bellota cortado en el momento, quesos, aperitivos varios, fríos y calientes.

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La capea 

Seguidamente, a las tres de la tarde, comenzó la capea. Se soltaron tres vaquillas que dieron un estupendo juego y que disfrutaron todos los que quisieron. Las diferentes faenas de Juan Ortega, Jacinto Ortega, los Araúz de Robles al completo, Fernando Ramos, el propio Román (lo hacía tan fácil que hubiéramos dicho que vaquilla y ganadero estaban compinchados), Quico, Román hijo, Carlos Araúz, Enrique, Mariano (con revolcón sin importancia). También tuvimos la oportunidad de ver a Sole vigilada de cerca por su hijo Fernando y a éste toreando al alimón con Carolina Carrascoso. Ya hacia el final se animó Javi Fernández, que compone el tipo de forma impecable, y los Araúz de Robles dieron unos pases con los más pequeños en brazos, una forma directísima de transmitir afición y pasión por el toreo.

La capea se prolongó hasta casi las cinco de la tarde, momento en el que nos hicimos la foto de familia de la visita que contó con la presencia del caballo picador. Así pues en la foto no debería faltar nadie, si acaso alguno puede que esté repetido 😉

A continuación la comida. Antes de comer se le hizo entrega a Román de algunos detalles, una placa, un cuadro con la casa de la familia en Checa, el hierro grabado en madera y el hierro grabado en piel con la divisa. Le entregaron los detalles Andrés y Marisa, Javier, Pascual y Quico. Por su parte, los hijos de Domingo Abad también le regalaron un cuadro en cerámica (demasiado pesado para entregarlo allí) con la reproducción de los abuelos, Román y Vicenta.

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Román recibe emocionado algunos detalles de los asistentes y muestra su agradecimiento.

Tras la comida vinieron los cafés, las copas y una sobremesa acompañada de guitarra y cantaor flamenco con «bailaoras» y todo. Para rematar un poco de baile.

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La  sobremesa

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Atarceder en Navalentisco

Finalmente, hacia las nueve de la noche dimos de mano y nos fuímos despidiendo, no sin antes dar las gracias a los anfitriones, para deshacer el largo camino que nos había llevado hasta allí.

Hasta aquí el relato breve de los hechos de lo que fue un día inolvidable.

Las fotos

El día dejó muchas fotos que hemos subido al álbum Navalentisco. Hay muchas, demasiadas, pero como ya hemos dicho otras veces somos «bailabienistas» y cada cual quiere «su» foto. Así es que hemos subido juntas y ordenadas cronológicamente las que nos han enviado Laura Gr y Juani y Fernando y las que había preparado yo.  



Pero no sería justo cerrar esta crónica así. Ya desde por la mañana nos preguntábamos las razones de tan espléndida invitación. Recibir a tantos y tratarnos tan bien es de tener un corazón grande y generoso, sin duda, pero hay alguna razón más que se me antoja de peso. 

Para entender esta razón, la invitación y el viaje es preciso hacer un poco de historia.

Román Sorando Herranz y su hermano Leoncio (la rama de Peralejos de la familia) trashumaban, como tantos otros checanos, a la Sierra de Andújar donde tenían alquilada la finca de Las Navas de Pedro Bagar a los herederos de D. Nicolás Salmerón, el que fuera presidente del Poder Ejecutivo de la Primera República Española. A lo largo de doce años el abuelo Román fue comprando la finca a los doce herederos propietarios. Por su parte, Leoncio se trasladó a Baños de la Encina donde arrendó una finca.

En 1948, según puede verse en la ficha de la Unión der Criadores de Toros de Lidia sobre la ganadería, «adquirió la vacada don Román Sorando Herranz, que varió nuevamente el hierro por el que actualmente utiliza».

Román y Vicenta tuvieron tres hijos, Benjamín, Mariano y Hortensia. Benjamín no tuvo hijos y la finca, con el tiempo, vino a partirse en dos hace unos quince años. Una parte quedaría con cien hectáreas más pero sin instalaciones, la otra parte menos superficie y el cortijo y las naves originales.

La suerte quiso que la finca nueva fuese para Hortensia y, por consiguiente, para sus hijos Román, Olga y Estela.

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Navalentisco, un sueño hecho realidad

El sueño

Un rato antes de comenzar la capea, mientras Olga nos enseñaba la «Casa de Toreros», una graciosa habitación habilitada en la propia plaza, encima del voladizo que hace ésta sobre los corrales, nos comentó cómo «mi hermano nos trajo andando desde el cortijo, allá -señalaba un punto en el horizonte-. Esto era un cerro, no había más que piedras y Román nos decía, aquí estará la casa, aquí los corrales, aquí la plaza… Lo tenía todo en la cabeza». 

Entonces lo comprendí todo.

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Román

Román, como su abuelo setenta años antes, tuvo un sueño y, también como su abuelo, con esfuerzo y tesón lo había hecho realidad.

Román, como todo soñador sabe que los sueños son realidad cuando los compartes con la gente que quieres y que te quiere. 

Los que estuvimos allí queremos daros las gracias por compartir ese sueño, a tí Román y a tu mujer Isita, a tus hijos Alberto y Román, a Olga y José, a sus hijas Hortensia y Laura, a Estela (que no ha podido estar) y a vuestros padres Delfín y Hortensia (en Madrid, ausente y presente a la vez).   

Nota.- Agradecimientos también a todos los que han colaborado de una u otra manera ayudando a organizar el evento: Andrés, Marisa, Javi, Carlos, Pascual, Quico… 
Gracias también a Juan Carlos (fotógrafo metralleta con el iPad) y a Laura Gr y a Juani y Fernando por las fotos que han enviado (si no fuera por ellos y el Photoshop yo no estaría).  


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